La primera entrega de la franquicia cinematográfica Hombre de Negro (Men in Black, 1997) nos presentaba la adaptación del cómic homónimo de la mano de Steven Spielberg en la producción; la estrella en ascenso (Will Smith) y un director hábil e imaginativo (Barry Sonnenfeld- Los Locos Adams). La primera entrega fué un éxito sorprendente y una comedia inteligente que basaba su premisa en las teorías de la conspiración y la presencia de los misteriosos hombres de negro, una organización secreta a la orden del gobierno encargada de ocultar a los ciudadanos la presencia de extraterrestes en la tierra.
Este ejercicio comecial bien hilvanado y con un guión ágil fué éxito de crítica y de público dando paso a una serie animada para tv; y 5 años después. una continuación con menos atractivo que la original en términos de historia y guión, pero aún taquillera
10 años después llega la tercera entrega de la saga de los hombres de negro, con un giro en la historia que bien desarrollado, podría ser interesante.
Lamentablemente las expectativas en mi caso no fueron satisfechas. El guión de la cinta- el cual se vió afectado por los cambios de guionistas así como las huelgas del sindicato que los agrupa en EE.UU- afecta el producto final, que si bien cumple con dificultad el armar una historia, no asombra ni gira en el argumento como en la primera entrega; tampoco rescata- aunque lo intenta- los momentos cómicos, clímax o los guiños acostumbrados de la franquicia, ni cuenta con la presencia de personajes cómicos como el perro Frank quien cantaba "I Will Survive" de Gloria Gaynor en la segunda entrega. Sin embargo, se presenta Griffin, un extraterrestre con la capacidad de ver el futuro (quizás lo mejor de la película, gracias a la interpretación del actor Michael Stuhlbarg quien le da rostro)
En esta tercera parte, la oportunidad de que el agente J (Will Smith) viaje en el tiempo hasta 1969 para salvar la vida del agente K en el presente (Tommy Lee Jones) es desaprovechanda argumentalmente; el enfrentamiento y desenvolvimiento de J en una América dónde el racismo aún persiste; el encuentro con el artista Andy Warroll; situaciones propias de ese momento histórico en la historia américana y del mundo (cómo el envío del apolo 11 al espacio) son apenas presentadas pero no desarrolladas tomando en cuenta la temática de esta serie de películas; y el villano llamado a ser el más letal de la serie, Boris el animal no es tan malo, inteligente ni terrible después de todo.
La película trata de rescatar la esencia de la original, sin lograrlo. Para Tommy Lee Jones quizás sea su última ocasión para aparecer vestido de negro debido a su edad, afectando su presencia en gran parte de la cinta; Will Smith logra mantener el interés del espectador por su carisma, demostrando que a pesar de su ausencia de 3 años frente a las cámaras aún conserva su atractivo taquillero. Josh Brolin es correcto en el papel de un K en versión joven, pero sólo eso.
Lo bueno para los estudios es que Hombres de Negro 3 logró este fin de semana ser la primera cinta en recaudación en los cines en su estreno en el mercado américano (55 millones de dólares en los tres primeros días), destronando a los vengadores del sitial de honor. Igualmente en los mercados internacionales ha tenido un sólido desempeño de 133 millones de dólares, demostrando que Will Smith a sus 43 años es aún un actor capaz de atraer a las audiencias.
Hombres de negro demuestra que hay franquicias que sustentan su éxito en la entrega original (caso Matrix); pero que con cada versión desmejoran la premisa hasta desgastar la misma. Hay películas que no deberían tener continuaciones; y esta tercera entrega lo demuestra.
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