domingo, 22 de abril de 2012

CINES UNIDOS o la razón por la cual preferimos ver una película pirata en nuestro hogar

¿Se ha preguntado alguna vez porqué en Venezuela muchas de las películas estrenadas en otras latitudes  llegan tarde a las carteleras? En nuestro país es una práctica común conseguir muchos de los estrenos (comerciales, nominados a premios como el Oscar e incluso películas de arte y ensayo, extranjeras y de diversos géneros) en ventas callejeras como bien me consta. La mejor Cinemateca que existe actualmente es la del buhonero (merchante local) que por negocio o amor al séptimo arte ofrece a módico precio esas anheladas cintas que tarde o temprano -o quizás nunca- lleguen a las pantallas.

¿Quién fomenta el maltrato hacia el consumidor de películas en nuestro país? a manera de ejercicio y tomando la modalidad de cheklist describo mi experiencia promedio desde la llegada al cine: operadores de venta de boletos insuficientes (de 5 puestos de taquilla sólo dos están operativos generando larguísimas colas); operadores de venta en dulcería (hasta seis puntos de venta y sólo dos operando con las conocidas colas); atención deficiente al cliente por parte del personal (sólo se concentran en lo necesario pero no tienen el conocimiento de la cultura corporativa de atención y trato al cliente); deficiencias en la calidad de la proyección (recientemente visite por dos días seguidos la sala 4 de los cines Hyperjumbo en la ciudad de Maracay para ver "los juegos del hambre" con igual resultado: la película proyectada a 3/4 de la pantalla con una increíble franja negra en la parte superior durante toda la proyección- ver foto que acompaña este escrito); deficiencias en el sonido (o muy bajo o muy estridente, pocas veces de calidad); falta de aire acondicionado (en mi última visita el día de ayer, a sala rebozada el aire apenas se sentía); a la lista debo agregar el irrespeto a las horas pautadas para el inicio de la proyección, el apagado de luces de la sala adecuadamente; todo esto sin contar otros elementos.

Para nadie es un secreto que ir al cine hoy en día se ha convertido, en un país hyperinflacionado por la economía y la falta de dólares, en un gasto importante para un individuo promedio: nada más comprar un combo de 1 refresco regular y seis tequeños (estándar) equivale a 50 bolívares por persona, sin meter las necesarias cotufas o gosolina al gusto. A esto súmele el costo de la entrada y el costo del transporte que use para llegar de su casa al cine, y viceversa

Si bien la crítica es contra CINES UNIDOS por ser la sala que más visito en este momento desde mi mudanza a la ciudad de Maracay (soy natural de Caracas), también va para CINEX por presentar un esquema de deficiencias similares. 

Soy consumidor de cine en sus distintas variantes y formatos. Soy de los espectadores que apreciaron películas en salas desaparecidas como Cine Prensa (con sus magníficos pre estrenos de los martes), Sala Margot Benacerraf con su fábuloso sistema de sonido Bosse; de ver una película al aire libre en el autocine los Chaguaramos o el Cafetal, e incluso cuando la seguridad lo permitía, conjuntamente con las divisas y los Centros Comerciales, las funciones que ustedes daban de preestreno a media noche los viernes y los sábados, hace mucho tiempo atrás. Soy del tipo de espectador que visita cines si viaja por el país o en otros países; lo consumo con fervor desde que tengo uso de razón, y lo seguiré haciendo, evaluando por supuesto otras opciones, púes como consumidor y espectador me siento estafado y menospreciado por ustedes.

¿Cómo sabe cualquiera de las dos principales cadenas distribuidoras y exhibidoras de películas del país cuando las cosas van mal? Cuando un cliente consuetudinario pero lamentablemente anónimo que les ha sido fiel por muchísimos años se vuelve crítico y deja de ser pasivo en su pasión por el cine y la experiencia propia de contemplar películas en una sala oscura

En mi molestia acumulada durante años de sufrir el maltrato como espectador, cada vez acentuado en mis visitas al cine, pensaba mientras veía la película que rebozo mi pasividad, que necesidad tenia de salir de mi hogar, con mi esposa embarazada (a quien por cierto, le negaron en primer momento el uso del baño antes de ingresar a la sala pese a su estado de gravidez), a ver una película en estas condiciones. Y lamentablemente me respondí: Ninguna necesidad. Bien podía quedarme frente al TV Sony de 42 pulgadas con sonido envolvente y el reproductor DVD y Blu Ray para disfrutar de una mejor experiencia de imágen y sonido en mi hogar, incluso con el aire acondicionado encendido a moderada fase de refrescamiento de la sala; al lado la cocina con la posibilidad de freír el contenido de la caja pequeña de 16 tequeños, colocar las palomitas del maíz del micro ondas en un tazón y servir en mi vaso largo de 3 litros el refresco o el Nestéa que sólo requería agua y revolver

¿Tiene la piratería todas las condiciones para ganar la batalla contra las cadenas distribuidores y exhibidoras de películas del país? La respuesta es afirmativa y contundente. Al no cuidar y velar por un cliente satisfecho, en la ley de la oferta y la demanda, en este caso ganará la opción más accesible, cómoda y segura que muchas veces se encuentra en el hogar (con o sin equipos caseros costosos)

Sin embargo amigos destinatarios de esta crítica, todavía están a tiempo de mejorar. Seguramente no será el camino más fácil de seguir, púes requerirá inversión, capacitación, tiempo horas hombre, variados recursos y la implementación de mejoras, pero seguramente les reportará buenos resultados

Hacer lo correcto no siempre es lo más fácil, pero tiene su recompensa

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