domingo, 17 de junio de 2012

Calderero, Sastre, Soldado, Espìa (Tinker, Tailor, Soldier, Spy)- 2011



No todo el mundo disfruta del buen vino, porque para ello se requiere de una cultura etílica que permita el disfrute del caldo en sus variantes. Catar por tanto consiste en reconocer el vino a través de los sentidos y comenzando cuando no se sabe, por memorizar los olores y sabores.

Aprender como una constante de la vida se puede aplicar a cualquier situación novedosa, e incluso aquellas que por desgaste o uso reiterado nos parecen conocidas; siendo para mi el cine que goza de atributos que se aprecian mejor mientras más se aprende sobre él.

De entrada la película “Tinker, Tailor, Soldier, Spy” (2011), no es para todo público, ni siquiera tiene una elaboración argumental sencilla de seguir, amén de tener un desarrollo lento pero constante, basado en el espionaje y la intriga ambientada en la época de la guerra fría. Sin embargo es una cinta que si le dedicas tu atención puede ser significativa como un excelente y pensado juego de ajedrez, e incluso como el disfrute de un buen tinto.

El argumento de la cinta sitúa la trama en los años 70 en plena guerra fría, el fracaso de una misión especial en Hungría provoca un cambio en la cúpula de los servicios secretos británicos (M16). Uno de los defenestados es el agente George Smiley (Oldman). Sin embargo, cuando ya se había hecho a la idea de retirarse, le encargan una misión especial. Se sospecha que hay un “topo” infiltrado en la cúpula del servicio y sólo alguien externo puede averiguar quién es. Con la ayuda de otros agentes jubilados, Smiley irá recabando información y encajando las piezas para intentar descubrir al traidor.

Cómo espectador la película no debe ser vista como un ejercicio frenético del cine de espías al estilo de la serie Bourne, Misión Imposible o James Bond. Al contrario, debe ser asumida como lo que es: una adaptación de una obra de un novelista británico de culto, con un personaje emblemático- el agente George Smiley- que ha protagonizado cinco éxitosas novelas, siendo Tinker una de ellas; y un ejercicio de percepción completa para poder asegurar su disfrute.

La virtuosidad del director es admirable púes mantiene con pulso las escenas pensadas y filmadas  con planos generales fijos o detallados, mezclando efectivamente la tensión y el suspense de la historia, dónde todos los hombre claves (Calderero, Sastre, Soldado, Espía) juegan con la intriga y la traición en tiempos dónde las tensiones nucleares estaban patentes entre EE.UU y la Unión Soviética.

La estética junto con la narrativa de la película es elegante logrando retratar el tiempo histórico desde dónde se ubica la misma. Sin haber leído al autor del libro, conozco el trabajo de Jhon Le Carré gracias a las múltiples adaptaciones de sus novelas al cine, entre ellas La chica del tambor (1984), La casa Rusia (1990), El sastre de Panamá (2001) y el jardinero fiel (2005). El trabajo de Gary Oldman como Smiley es extraordinario, confirmando nuevamente la grandeza de este actor británico. El resto del staff a la altura interpretativa sin excepciones
Como el buen vino, “Tinker, Tailor, Soldier, Spy” (2011), se disfruta percibiendo con atención todos los intrinculis de la intriga que circula como electricidad en el ambiente, cuando sobre el mundo pendía de un hilo la seguridad de todos, en la pugna idiológica suprema de las grandes naciones con arsenal nuclear.

Dispóngase púes a disfrutarla con todos los sentidos, para asegurar que su experiencia como la mia, será duradera y no diluida pasados los días después de verla. Recomendada. Disponible en DVD


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